Cultora del relato, la novela, y los cuentos, desde los cuales abordó cuestiones inherentes a la interioridad humana, y referente femenina del Modernismo brasileño, fue la autora más notable de Brasil del siglo XX.
También conmovió al público lector desde sus cercanas columnas publicadas en un periódico.
Nació en Chechelnik, Ucrania, en 1920, en el seno de una familia judía, pero era muy pequeña cuando se asentó con su familia en Brasil, en Recife, por lo cual siempre amó y se sintió una brasilera de cuna.
Su madre, de quien heredó la pasión por la escritura, falleció de sífilis cuando ella tenía nada más que nueve años.
Antes de dedicarse de llenó a su actividad como autora, estudió la carrera de leyes y se desempeñó como una aguda periodista.
Con Valente tuvo a sus dos hijos pero la angustia que le provocaba estar tanto tiempo fuera de su nación marcó el final de su matrimonio.
Ya separada, se dedicó de lleno a su carrera como autora que ya para la década del setenta gozaba de gran fama local e internacional.
En 1966 protagonizó un accidente que marcó el resto de su vida: adicta a las pastillas para dormir se quedó dormida con un cigarrillo encendido que provocó un tremendo incendio en su casa y en su cuerpo.
Las secuelas fueron devastadoras y casi le amputan la mano derecha.
En 1968 fue una de las personalidades de la cultura brasileña que se sumó públicamente a la resistencia de la dictadura.
Entre los tantos homenajes recibidos cuenta con uno muy singular como es el de una estatua suya en la playa de Leme, en Copacabana.
Otro reconocimiento es la biblioteca de San Pablo que lleva su nombre.
En 2017, el periodista norteamericano Benjamín Moser escribió una detallada biografía sobre la autora, a quien tanto admira según ha confesado, en la presentación de: Por qué este mundo. Una biografía de Clarice Lispector.