La mitología nórdica o escandinava, como también se la denomina, son el conjunto de leyendas y de creencias que sostenían los pueblos de la región de Escandinavia, compuesta por naciones como Suecia, Dinamarca, Noruega, Finlandia e Islandia. Mayormente, esta mitología adoptó elementos de la mitología germana, que fue anterior.
Obviamente y tal como sucede con gran parte de este conjunto de creencias, las figuras centrales son dioses a los que se adoran y que están asociados a alguna cuestión en particular y por la cual, claro, se les rinde culto…
En el caso del dios Frey, le tocó representar la fertilidad, la lluvia, y el sol. Era hijo de Njörðr, dios tanto de la tierra fértil como de las aguas, interviniendo en todo cuanto tenía que ver con la costa del mar y la navegación. Como herencia de su padre pertenecía a uno de los dos grupos que conformaban la mitología nórdica, los Vanir. Cabe destacarse que este grupo estaba especialmente vinculado a la fertilidad y por ello su acción se asocia a la misma.
Sin dudas, Frey, es uno de los dioses más apreciados de la mitología nórdica y en Suecia es donde principalmente se lo venera, e incluso se lo vincula a la casa real de Suecia.
Alrededor de Frey existen una innumerable cantidad de elementos que lo distinguen, entre ellos una espada llamada de la Victoria y que tenía el poder de moverse per se y de poder luchar sin manipulación en el aire. Se lo suele mostrar a bordo del Gullinbursti, un cerdo dorado que le regalaron los enanos, criaturas que también eran comunes en esta mitología. Este cerdo tira de un carro y le permitía a Frey movilizarse rápidamente por donde quisiese e incluso el color dorado que tenía el cerdo le aportaba la capacidad de brillar de noche y le permitía moverse sin problemas por ella.
Estuvo casado con Gerda, una gigante que destacaba por la fuerza inherente a la raza que pertenecía y por su belleza.
Autor: Redacción Biografias.NET