Pasó a la historia por ser uno de los poetas romanos más talentosos y un emblema de los epigramas satíricos, aquel subgénero poético que se caracteriza por su brevedad y la manifestación aguda e ingeniosa de un tema.
Su prolífica obra poética, que se conservó casi en su totalidad, ostenta el valor de un documento de la época por la gran fidelidad con la cual el autor describió en ella a la comunidad de aquellos años.
Fue un pionero a la hora de realizar graciosas asociaciones de palabras y frases, y para identificar a los estereotipos sociales: los vivos, los mentirosos, el aporvechador, entre otros.
El orígen de esta particular composición se remonta a la Grecia clásica donde se la incrustaba en estatuas o lápidas, los famosos epitafios, inscriptos en las tumbas para homenajear al difunto con alguna frase que lo recordase.
Más tarde, los romanos, que fueron ávidos adoptantes de la cultura griega clásica, le dieron a estas composiciones un nuevo valor y uso.
Nació alrededor del año 40, en la denominada Roma Española, en cercanías de lo que hoy se conoce como Zaragoza.
Durante su juventud decidió viajar a Roma para mejorar su situación socio económica y poder culminar sus estudios en leyes.
Si bien contó con la protección del filósofo Séneca, el joven, la inesperada muerte de éste lo dejó abandonado a su suerte y debió llevar una vida modesta.
Fue eximido de pagar impuestos por no tener hijos, se lo designó miembro de la orden ecuestre, entre otros.
Falleció en el año 104, en Bílbilis, la misma ciudad que lo vio nacer.
Este lugar ha sido declarado en el año 1931 como bien cultural, como monumento histórico y artístico, y parte del tesoro nacional a razón que allí nació este gran poeta romano.