Biografía de María de los Ángeles Alvariño González

Tenía 88 años. La Doctora Alvariño González fue una de las oceanógrafas más prolíficas del siglo XX, dedicada en cuerpo y espíritu a la investigación y divulgación de aquellos “secretos” que encontraba en los océanos a su paso… Referente y gran conocedora de la fauna marina. Fue la primera investigadora mujer a bordo de un buque oceanográfico británico.

03/10/1916

Nació en el pequeño y bastante ignoto pueblo de Serantes, en la provincia de la Coruña, Galicia, en el seno de una familia de profesionales; su padre era médico, mientras que su madre era profesora de piano.

De niña ya se destacó por su inclinación al estudio y los libros, especialmente aquellos inherentes a la historia de las ciencias naturales, su gran pasión.

Uno de los rasgos salientes de su personalidad era la curiosidad, que por supuesto aplicó muy positivamente en su futura labor científica.

1936

Estudió Ciencias y letras en la Universidad de Santiago de Compostela y luego comenzó en Madrid la carrera de ciencias Naturales, en la Universidad Complutense de Madrid, sin embargo, el abrupto estallido social generado por la guerra civil española cortó su continuidad académica, la cual pudo retomar tras su finalización.

1940

Se casó con Eugenio Leira Manso, capitán de la marina de guerra española con quien tuvo una hija.

Cuando terminó sus estudios fue becada en el Instituto Español de Oceanografía (IEO), donde su marido fue trasladado.

La presencia de la mujer en este tipo de instituciones era ciertamente improbable por aquella época, de todos modos, su profesionalismo y la calidad de sus investigaciones la convirtieron en la excepción a la regla.

1941-1948

Desarrolló una intensa labor como docente, enseñando materias como biología, geología, zoología y botánica en diversas escuelas de su provincia natal.

1952

Ingresó como bióloga en el Centro Oceanográfico de Vigo y es en esta etapa y lugar que arrancaron sus estudios sobre el zooplancton, unos muy, muy pequeños organismos que componen el plancton marino.

Una de sus investigaciones más conocidas a nivel internacional ha sido la que abordó el tema de las incrustaciones marinas en los cascos de los buques.

Fue pionera en la identificación de pequeños organismos que funcionan como base de la cadena alimentaria oceánica.

1953

El British Council le consiguió una beca para el Laboratorio Plymouth para que pudiese investigar en detalle el tema del zooplancton.

Su gran descubrimiento fueron los quetognatos, una especie de gusanos, conocidos popularmente como gusanos-flecha, y generosas cantidades de huevos y larvas de sardina.

1956

Recibió otra propuesta de subvención por parte del Instituto Oceanográfico Woods Hole de Massachusetts y también fue designada en el Instituto Scripps, de oceanografía, en la Jolla, California, que conservó hasta el año 1970.

Para este momento ya se encontraba asentada en los Estados Unidos, país en el que permaneció hasta su muerte.

Obtuvo la nacionalidad norteamericana.

1967-1970

Se doctoró en Biología y publicó una variada temática referente y recurrente sobre los quetognatos. Entre 1952 y 1965 escribió un libro sobre los quetognatos del Océano Atlántico y realizó estudios sobre la albacora, una clase de pescado azul, más conocido como Bonito o atún blanco.

1976

Recibió múltiples reconocimientos por parte de colegas y diversas instituciones internacionales vinculadas a la gestión educativa.

Un buque de investigación de la flota de IEO (Instituto Español de Oceanografía) recibió su nombre a modo de homenaje.

Fue distinguida con la Medalla de Plata de la Xunta de Galicia, entre otras distinciones.

1987

Se jubiló de su actividad, aunque continuó con la tarea investigativa, como científica emérita, hasta 1993.

29/05/2005

Falleció en La Jolla, San Diego, a los 88 años.

Antes de su fallecimiento había terminado un documento manuscrito sobre las aves y los animales marinos, que se habían encontrado oportunamente en la expedición Malaspina (1789-1794).

El proyecto lo finalizó su hija Ángeles.

2011

Su último deseo fue que su vasto legado científico regresase a España, y entonces, su hija también se ocupó de ello.

A través de los responsables de la concejalía de cultura del Ayuntamiento de La Coruña se pudieron repatriar libros, mapas, dibujos, grabados y correspondencia que le pertenecieron, que hoy integran el patrimonio del archivo municipal.

Cabe destacarse que, a lo largo de su extensa carrera investigativa, Alvariño, descubrió unas 22 nuevas especies marinas. Se ocupó fundamentalmente de medusas, sifonóforos, hidromedusas y quetognatos.


Escrito por Editorial para la Edición #106 de Enciclopedia Asigna, en 11/2021.