Si bien desde la juventud había exteriorizado su pasión por la pintura a través de diversas creaciones realizadas cuando el tiempo libre se lo permitía, fue recién a los 60 años que decidió dejar sus actividades como abogado, profesor, político, y director de la Escuela Nacional de Artes y Oficios uruguaya, para dedicarse de lleno a la misma.
Una técnica en la que sobresalían los colores, y una temática orientada a representar las costumbres y gustos de su país, son los rasgos salientes de su admirada obra.
Oriundo de la capital uruguaya de Montevideo, en la cual nació en el año 1861, se graduó como abogado y trabajó largos años como defensor de pobres en la justicia uruguaya.
Escribió artículos de opinión y ensayos para diversos medios gráficos en los que difundió y promovió sus ideas en las materias que más lo interesaban: política, arte y educación.
Su propuesta incentivó la producción creativa y original, tendiente a limitar la copia de procesos y productos foráneos, y utilizó materiales autóctonos.
La ciudad de Buenos Aires fue por aquel tiempo su “taller” artístico e intelectual, el lugar en el cual entabló una intensa amistad con los escritores Jorge Luis Borges y Oliverio Girondo, y asimismo desarrolló muchas de sus creaciones y las empezó a exhibir para el público porteño.
También viajó a Paris, ciudad en la que también instaló un taller, y así como en Buenos Aires, además de pintar se rodeó y trabó fuertes lazos amistosos con diversos intelectuales de aquellos años: Pablo Picasso, Alejo Carpentier…
Dicho museo que depende de la gestión de cultura nacional, también lleva a cabo una intensa actividad en las áreas de conservación de las obras, en la investigación, y en la enseñanza del arte a los más jóvenes.
Tuvo una frondosa descendencia de nueve hijos y falleció en Montevideo en el año 1939.